A La Deriva


¿Y si lo entendí todo al revés?

¿Y si lo que necesito es dejar que este barco se hunda?

¿A quién pretendo ayudar?

Soy la única que sigue abordo- remando. 

No es del agua de quien tengo que salvarme

sino de mí misma. 

Y de la obstinada ilusión de rescatar

un bote, que ya no es bote-

Un destino, que ya dejó de ser destino. 

Y dejarme abrazar por el agua fría.

Sumergirme en las profundidades

que golpean con realidades.

Y aguantar…

Hasta darme cuenta 

de que soy capaz de flotar.

De que no necesito un barco,

y que trazar un nuevo destino es posible.

Salgo a la superficie; respiro profundo…

es momento de empezar a nadar.


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